"Si más no hemos hecho en el sostén sagrado de nuestra Independencia, de nuestra integridad y de nuestro honor, es porque más no hemos podido" - JUAN MANUEL DE ROSAS

martes, 28 de abril de 2009

"Gaucho pícaro y taimado" ese Rosas...

Les quiero hacer llegar, en esta oportunidad, otro artículo escrito por nuestro querido maestro José María Rosa. El presente material -gentileza de Eduardo Rosa- es sencillamente magnífico...
Demuestra, sin dejar ninguna duda, que Juan Manuel de Rosas fue un hábil político y un ser de inteligencia absoluta. En la concepción de la realidad histórica que le tocó vivir no deja de sorprendernos... Disfruen leyendo a Pepe Rosa...
EL MISTERIO DEL “SABIDO CORRESPONDENTE”
(Extraído de “El revisionismo Responde” de José María Rosa - Cap. 19)

Alguna vez me ocupé en MAYORÍA del misterio del “sabido correspondente”, el secreto informante de los brasileños con acceso a las cosas más confidenciales de Rosas. También lo he hecho en mi libro La caída de Rosas valiéndome de los documentos del archivo de Itamaraty.

Desde 1848 se mencionan en las cartas de los residentes unítarios de Montevideo, como del Encargado de Negocios de Brasil en la misma ciudad – Rodrigo de Souza da Silva Pontes – los informes “muy reservados” transmitidos desde Buenos Aires por alguien al parecer íntimamente allegado a Rosas. Valentín Alsina informa a Andrés Lamas (Ministro montevideano en Río) el 13-9-48 que “Rosas está como una furia con Brasil” y reclamaría por agravios que le habrían hecho, pudiendo llegar, en caso de no conseguir cumplidas satisfacciones, hasta la ruptura de relaciones diplomáticas; pide a Lamas “mucha reserva y circunspección; está en riesgo un pescuezo y de un bueno y útil servidor”. El bueno y útil servidor de Alsina también escribe a Silva Pontes, y a veces lo hace directamente a Río de Janeiro dirigiendo su correspondencia a Duarte de Ponte Ribeiro.

Sus informes son minuciosos, y llegó a conseguir la confianza plena de los hombres de Brasil. No se movían estos sin saber por quien llamaban con las perífrasis sabido correspondente, cuales habrían de ser las reacciones de Rosas. Estaban así informados de los movimientos militares en la Confederación, del fracaso o éxito de las gestiones de Southern y Lepredour en el capítulo final de la intervención anglo-francesa, el estado de humor de Rosas con el Imperio, cuando había que aflojarle para no llevar las cosas al extremo, y cuando podían resistir a sus exigencias pues el Restaurador no les haría cuestión capital. Casi puede decirse que el sabido correspondente llegó a dictar la política brasileña con respecto a la Confederación Argentina.

¿Quién fue ese misterioso corresponsal?. Está fuera de duda que es la misma persona que informa a Juan Nepomuceno Madero, y por su medio al Comercio del Plata de Montevideo, de las cosas íntimas ocurridas en Palermo; que Florencio Varela primero y Valentín Alsina después de la muerte de éste publicaban asiduamente. Eran chismes verídicos y ultrareservados que solamente podían conocerse por delación de alguien colocado muy cerca de Rosas. Ahora bien: años después de la caída de Rosas se supo que la correspondencia había sido entretenida entre Madero y Pedro Duval, empleado de banco en Buenos Aires, que por esa labor fue premiado con una pensión por los vencedores de Caseros.

Duval era un burócrata modesto, sin mayores relaciones y sin acceso a los salones de Palermo y menos a la correspondencia secreta de Rosas. Si las cartas eran de letra de Duval, no cabía duda que alguien bien colocado las había dictado; alguien que conocía perfectamente los actas e intenciones más impenetrables del Restaurador. ¿Quién habría sido?

El historiador brasileño José Antonio Soares de Souza en una interesante monografía publicada en la Revista del Instituto Histórico y Geográfico de Río, se plantea el enigma de la identidad del sabido correspondente. Por certero análisis llega a la conclusión de que fue una persona vinculada íntimamente a Silva, Pontes y Ponte Ribeiro, que tenía la amistad de Madero y Varela, y desde luego gozaba de absoluta confianza de Rosas y Felipe Arana. Por deducción llega al nombre de Pedro de Angelis.

El cultísimo y logrero napolitano que dirigía en Buenos Aires el Archivo Americano gozaba de la plena confianza de Felipe Arana y tenía acceso a la intimidad de Rosas. Mantuvo también amistad con ambos brasileños, exteriorizada después de Caseros cuando el Imperio lo ayudó económicamente. Fue también amigo de Varela y de Madero.

¿Por qué traicionaría De Angelis a Rosas? Las presunciones en contra suya son precisas, graves y concordantes; bastaría el hecho de que los vencedores de Caseros lo respetaron, y en Brasil le dieron ayuda económica. ¿Por qué traicionaría a Rosas, de quien recibiera tantos favores y a quien tanto admiraba y siguió admirando – sin ocultarlo nunca – cuando nadie defendía al Restaurador? No fue seguramente por ideologías opuestas ni por discrepancias personales; tampoco por dinero, que no se sabe le hubieran hecho llegar los enemigos. ¿Por congratularse con los futuros vencedores de Rosas?... En 1848 el poder del jefe de la Confederación era más fuerte que nunca, y hasta el pronunciamiento de Urquiza en 1851 tenía ganada la guerra contra Brasil. Pudo hacerlo, tal vez, por temperamento: este humanista perdido en una república de gauchos (que sin embargo amaba) parece un personaje del Renacimiento con las mañas y la ausencia de escrúpulos de un secretario privado del siglo XVI. Traicionaba por gusto, por afán de intriga, por temperamento, por espíritu de perjurio.
... ¿O no traicionaría? Porque he encontrado una carta en el archivo de Rosas que Soares de Souza no ha conocido en su estudio sobre el sabido correspondente Fechada en Montevideo el 22 de mayo de 1851 ha sido remitida “To Mr. Parker”, como dice el sobrescrito, y habría. llegado a Buenos Aires en el buque a vapor Esk. Dice así: “Llegó hace dos horas la Carmen y hasta ahora no tengo ninguna suya. Le pido me informe sobre la misión del nuevo comisionado Terreros (sic). He visto en una carta, de esa del 20 que han llegado algunos delegados de las provincias ofreciendo todo. Insisto sobre la misión de Terreros y sobre el papel de Southern para trabar la acción de Brasil (que no podrá) y lo que haya comunicado Oribe. Después de lo que escribí a usted, solo podré agregarle que lo único que se espera para empezar por todas partes es el regreso del comisionado de Urquiza que se espera en el Golphinho por momentos. Resumiendo: el 13 salían del Janeiro dos vapores para conducir al Río Grande 400 hombres de línea (cazadores) para estar en la escuadrilla brasilera. Grenfell está deseando empezar, y empezará de un modo firme y de frente. Vamos a ver si por ahí ayudan cuando llegue el momento. B.”

Este mensaje – que Rosas tenía en su poder – es nada menos que una carta de Nepomuceno Madero (aunque firmada B.) al sabido correspondente. Una carta muy peligrosa, pues no se limitaba a pedir informes al espía sino los daba y de proporciones. Rosas pudo saber así que un comisionado de Urquiza (que fue Antonio Cuyás y Sampere) llegaría dentro de poco a Montevideo (llegó el 28 de mayo) a bordo del vapor de guerra brasileño Golphinho, que su llegada iniciaría la alianza (firmada el 29 de mayo) y la guerra; que habían salido de Río de Janeiro determinadas tropas de refuerzo para la escuadra brasileña; y que el jefe de esta, el almirante Grenfell, empezaría inmediatamente la ocupación de los ríos. También que los aliados asignaban mucha importancia a la misión de su futuro yerno, Máximo Terrero, ante Oribe y Lepredour para convenir la paz definitiva con los franceses.

El comprometedor documento no había sido incautado por la policía de Rosas, sino entregado deliberadamente por el sabido correspondente. Pues éste respondió a Madero punto por punto lo que se le preguntaba. Así lo dice Alsina en carta a Lamas del 27 de mayo, con post-data del 29 de mayo, que obra en el archivo de Montevideo (Legajos de Andrés Lamas caja 89, legajo 19): “Llegó esta mañana el Esk con fechas de ayer. El gran corresponsal algo dice (aquí los informes). Por supuesto el corresponsal aconseja, clama y repite que se obre pronto, pronto.”
Encontrándose la carta de Madero del 22 de mayo en poder de Rosas, y contestándola el sabido correspondente, el 28, queda en evidencia que la respuesta del espía ha sido escrita con conocimiento de Rosas, sino dictada por él mismo. El amigo incógnito de los brasileños, el correspondente que tanto secretos decía a éstos por medio de la vía Madero-Alsina-Andrés Lamas-gabinete brasileño era el mismo Rosas. ¡Gaucho pícaro y taimado, que supo engañar por tantos años a hombres tan hábiles como los diplomáticos del Imperio! Por medio de Pedro de Angelis trasmitía a Brasil, valiéndose de los unitarios (y disimulando con la letra de Pedro Duval), una cantidad de informes veraces pero intrascendentes, al tiempo de deslizar aquello que precisamente le interesaba. En 1849 y, cuando Rosas corría al gabinete imperial con la vaina, (pues no había arreglado sus problemas con Inglaterra y Francia), el sabido correspondente informaba de los aprestos militares argentinos y de la decidida voluntad de Rosas de ir a la guerra con Brasil. Por supuesto, Brasil amainaba y hacía aquello buscado por el Jefe argentino. En 1850 dio informes falsos sobre la situación con Francia (nunca más amigable hacia la Argentina) que llevaron al Imperio a ir a la ruptura de relaciones. Y la, Confederación Argentina hubiera ganado la guerra si no fuera por el imprevisto de Urquiza, que se pasó al Imperio con el Ejército de Operaciones destinado precisamente a la lucha próxima. Todo pudo preverlo Rosas, menos la apetencia de Urquiza.

Otra incógnita surge de la carta firmada por B. que he trascripto. ¿Por qué se dan en ella informes tan valiosos al sabido correspondente? ¿A título de amistad, y para enterarlo simplemente de cómo iban las cosas a los aliados? Era arriesgado. No encuentro otra, explicación satisfactoria, sino que Juan Nepomuceno Madero estaba en el juego de Rosas.
Poco se ha estudiado la figura de Madero. Se le conoce como pariente de Florencio Varela, unitario más o menos entusiasta de la emigración, administrador del Comercio del Plata y benefactor en sus últimos años del pueblo de San Fernando, lugar de su residencia. Por las publicaciones de la correspondencia del espía de Buenos Aires, se sabe ahora el papel jugado por Madero en la intriga del amigo incógnito de Brasil. Pero ¿para qué lado pateaba Madero, como diría Arturo Jauretche? Hasta ahora se creyó que contra su patria pero, la carta descubierta por mí permitiría suponer que tanto él como su amigo de Angelis lo hacían contra el arco brasileño.

Bibliografía
ARANA, Enrique: “Rosas y la Política Exterior”.
DE LA BARRA, Federico: “La Vida de un Traidor”.
FONSECA, Manuel: “Final de la Guerra Grande”.
HERRERA, Alberto de: “La Guerra Grande”.
ROSA, José María: “La Caída de Rosas”.
TROSTINE, Rodolfo: “Acusación y Defensa de Rosas”.

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